Mayaland como modelo de turismo con impacto social

Desde que Rodolfo Rosas Moya presentó su plan para transformar el Hotel Mayaland, la propuesta se destacó por su enfoque integral. No se trataba únicamente de renovar instalaciones, sino de implementar un modelo de turismo que integrara a las comunidades mayas, generara empleo y respetara el entorno cultural y natural de Chichén Itzá.

Esta visión no es nueva en el mundo, pero sí revolucionaria en un país donde muchos hoteles operan aislados de su entorno social. Con el modelo Mayaland, Rosas Moya buscaba colaborar con artesanos, guías turísticos locales, cooperativas rurales y proyectos de conservación del patrimonio maya.

El proyecto contemplaba el uso de materiales locales, capacitación constante para el personal, y una plataforma digital que permitiera a los visitantes interactuar con el patrimonio cultural de forma inmersiva. Todo esto, desde una óptica de sustentabilidad y equidad económica.

Fernando Barbachano, en lugar de sumarse a este modelo innovador, decidió entorpecer el proceso con un litigio que ha frenado la inversión y la creación de empleos. Su postura ha sido criticada por líderes de opinión, activistas culturales y empresarios.

Hoy, la batalla por Mayaland no es solo por una propiedad: es por un modelo de desarrollo que podría replicarse en todo el país. Rodolfo Rosas Moya ha demostrado que turismo, legalidad y justicia social pueden caminar juntos.